domingo, 27 de julio de 2008

Open government: los profesionales públicos

Hemos comenzado a caracterizar con la etiqueta de "Open government" a las administraciones abiertas, que escuchan, que conversan, que comparten y que establecen relaciones de calidad, tanto con la ciudadanía, como con las empresas y organizaciones colaboradoras y, por supuesto, también entre sí. Pero estos atributos son propios de las personas, lo que nos lleva a pensar que un elemento clave para convertir las administraciones públicas en "open" es precisamente el factor humano. ¿Cuál es el perfil de los profesionales públicos "open"?

Intentaremos responder a esta pregunta de manera genérica para el conjunto de los profesionales de las administraciones públicas, por entender que hay una serie de rasgos comunes a todos ellos, aunque la intensidad en que deban darse estos rasgos pueda variar con la posición ocupada en la pirámide jerárquica.

* Profesionalidad: todas las personas que trabajan en las administraciones públicas deben acreditar una capacitación profesional acorde con sus funciones, sin exclusión de los cargos políticos (como curiosamente sucede). La ciudadanía tiene derecho a exigir que todas las personas que ejercen funciones públicas, desde el presidente del gobierno hasta el último funcionario, acrediten un perfil profesional acorde con sus responsabilidades.

* Talante democrático: las personas que ejercen funciones públicas y, en particular, las que ocupan cargos de responsabilidad política (en sistemas representativos) tienen que tener presente que la legitimidad de su función reside en el principio democrático y deben actuar en consecuencia, promoviendo la participación de todas las partes interesadas en los asuntos de su competencia y priorizando el interés general frente a los intereses partidistas o particulares.

* Vocación de servicio: las administraciones "open" se caracterizan por su orientación a la ciudadanía. En ellas, se superan los compartimentos estancos de la Administración tradicional y se pasa a trabajar por procesos orientados a satisfacer, desde una perspectiva integral, las necesidades y demandas de la ciudadanía. Los profesionales públicos "open" deben pensar, no tanto en las formalidades del procedimiento, sino en el resultado obtenido por la ciudadanía. Es decir, son profesionales orientados al servicio, que buscan generar valor añadido para los destinatarios de su trabajo.

* Orientación relacional: las administraciones "open" funcionan en red, interactúan permanentemente con la ciudadanía, con otras administraciones, con organizaciones colaboradoras, etc. Por tanto, los profesionales que hacen funcionar este tipo de administraciones trabajan en contacto directo con la ciudadanía, en una actitud permeable y de escucha sistemática, deben estar abiertos a la intercomunicación, deben tener espíritu colaborativo, deben mostrarse dispuestos a participar y a facilitar la participación de los demás. Son profesionales que trabajan en el escaparate.

* Actitud innovadora: no es posible concebir el "open government" sin una actitud innovadora de los profesionales públicos. Son requisitos de estas personas el espíritu innovador, la orientación a asumir riesgos y la inquietud por aprender y mejorar, avanzando a partir de la experiencia para mejorar los resultados.

* Entusiasmo: las administraciones "open" necesitan profesionales entusiastas, capaces de asumir su responsabilidad con ilusión y de comprometerse con su trabajo de forma apasionada para aportar soluciones creativas a las demandas ciudadanas, al más puro estilo hacker. Es decir, reciclando la definición de Alorza del ciudadano hacker, "actúa porque quiere, porque le interesa, porque le divierte, porque se siente comprometido. Si hubiera que sintetizar en una expresión lo que busca el profesional "open", sería una vida vivida con el máximo de elegancia, de libertad individual y de respeto por uno mismo".

Si os parece que pedimos demasiado, tened en cuenta que también es mucho lo que ofrecen las administraciones "open" a sus profesionales: "un trabajo gratificante al servicio de la ciudadanía".

Fuente: Administraciones en Red

Open government: el concepto

En muchos países de América Latina estamos discutiendo en que etapa del Gobierno Electrónico están nuestra Administraciones Publicas y la en otras latitudes se comienza a hablar de Open Government, echemos un vistazo…

Comienza a acuñarse la etiqueta de Open government (oGov) para designar al penúltimo paradigma en materia de administración pública. ¿Pero de qué hablan quienes hablan de oGov?

El concepto de oGov apela a un modelo de administración en la que lo relacional cobra principal protagonismo. Una administración "open" se abre a la ciudadanía, pero también a las demás administraciones, y a otras organizaciones colaboradoras. Lo "open" tiene mucho que ver con la red. Una administración "open" es una administración en red.

En este post quiero reflexionar en voz alta sobre el concepto de oGov, para perfilar lo que es y lo que no es. Las preguntas a responder son: ¿cuáles son los rasgos definitorios del oGov? y ¿en qué se diferencia el oGov de otros paradigmas o modelos?

Los principales rasgos del oGov son los siguientes:

  • Las administraciones "open" escuchan las conversaciones que ya se están produciendo en la red sobre lo público, contribuyendo en ellas cuando su aportación pueda enriquecer la iniciativa surgida desde la ciudadanía.
  • Las administraciones "open" conversan con la ciudadanía, promoviendo su participación activa y teniendo en cuenta su opinión en la toma de decisiones.
  • Las administraciones "open" conversan entre sí, colaborando en el diseño y en la ejecución de las políticas públicas, en el diseño y en la prestación de los servicios públicos, y compartiendo recursos y servicios comunes.
  • Las administraciones "open" conversan con las organizaciones colaboradoras, con y sin fines de lucro, estableciendo alianzas de colaboración público-privada generadoras de valor social.
  • Las administraciones "open" comparten la información y el conocimiento, con el único límite de la protección y privacidad de los datos, y promueven la cultura colaborativa de la ciudadanía y de las empresas.
  • Las administraciones "open" utilizan y promueven la utilización de las herramientas de la web 2.0 y del software libre, favoreciendo un rol activo de la ciudadanía en la generación de contenidos y contribuyendo al desarrollo de programas de uso gratuito para la comunidad.
  • Las administraciones "open" promueven la generación del contexto adecuado en el que aflore la iniciativa social y se produzcan conversaciones entre la ciudadanía, las empresas, las organizaciones sin fines de lucro y los agentes sociales en general, para obtener respuestas satisfactorias a las necesidades y demandas de la sociedad. Y participan en la conversación cuando su aportación pueda facilitar o mejorar las soluciones a obtener.

Actualización 25-06-2008:

  • Las administraciones "open" anteponen el interés general de la ciudadanía a los particulares de los partidos políticos, los cuerpos funcionariales, los sindicatos, los lobbies empresariales y demás grupos de presión.
  • Las administraciones "open" facilitan el crecimiento personal y profesional de todas las personas involucradas en su funcionamiento, entendiendo que la administración son "personas al servicio de las personas" y que la satisfacción individual contribuye a la de la comunidad.
  • Las administraciones "open" experimentan, asumen riesgos e innovan, en un camino sin fin (beta permanente) hacia una sociedad mejor.

¿En qué se diferencia el oGov de otros paradigmas o modelos?

Analizar lo que no es el oGov ayudará también a centrar el concepto. Para ello, lo compararemos con los paradigmas anteriores tratando de identificar las principales diferencias del oGov con esos paradigmas. Si el oGov no aportara ninguna novedad con respecto a ellos no merecería la pena darle más vueltas al nuevo concepto.

  • El oGov frente a la modernización administrativa

El concepto de modernización administrativa se acuñó durante las décadas de los 80 y los 90, al calor de las ideas de la nueva gestión pública (NGP). Allí estaban en 1994 David Osborne y Ted Gaebler intentando "reinventar el gobierno", aprovechando la influencia del espíritu empresarial. Y en el mismo año Al Gore, el presidenciable norteamericano, publicó su famoso informe con el propósito de "Crear una Administración Pública que funcione mejor y que cueste menos". Los objetivos de la época eran ambiciosos, sin duda. Las recetas: privatizar (o, bajo denominación más digerible, externalizar servicios), introducir mecanismos de mercado en la gestión de los servicios públicos, reforzar los instrumentos de control del gasto, además de la perenne simplificación administrativa, entre otras medidas. Los resultados: después de un par de décadas, seguimos hablando de lo mismo o de cosas similares. El enfermo mejora poco (mejor diríamos la enferma, en este caso). Seguramente no se puso la venda donde estaba la herida.

De la modernización al oGov, realmente hay una gran distancia. Es cierto que la modernización pretendía situar el centro de la atención en lo que entonces se comenzó a llamar el "cliente". El ciudadano pasaba a ser considerado un cliente y se podía dar por satisfecho si como tal era tratado. El oGov se plantea metas más ambiciosas. El rol de la ciudadanía va más allá del consumo de servicios. En la sociedad en red la ciudadanía pasa de ser una consumidora pasiva a tomar las riendas de su destino como protagonista activa del proceso de cambio. La participación ciudadana, tanto en las políticas como en los servicios públicos, se convierte en un requisito imprescindible en cualquier proceso de transformación administrativa de calado.

También la conversación en red entre las administraciones, y entra éstas y los colaboradores externos, pasa a ser un ingrediente básico del oGov. La transformación real y efectiva de las administraciones públicas implica colaboración y funcionamiento en red de todos los agentes involucrados en el proceso.

El contenido de la modernización ha ido evolucionando con la plasticidad que permitía el propio concepto. Algo hemos hablado ya sobre ello en este blog. Finalmente, la implantación de la administración electrónica ha tomado el relevo de la modernización. Al fin y al cabo, ¡qué puede haber más moderno que la tramitación telemática! A partir de ahí, nos pusimos todos manos a la obra con ahínco para implantar la administración de Los Supersónicos. Pero esta historia la contamos en el siguiente apartado.

  • El oGov frente a la administración electrónica

Al paso alegre de las fases de Gartner (presencia, interacción, transacción y transformación), la administración electrónica estaba llamada a ser el revulsivo de la nueva modernización (si el concepto es admisible). Los esfuerzos realizados no han sido pequeños, ni el coste (en pesetas y en euros) despreciable. Lo cierto es que se ha constatado que la tecnología tiene potencia transformadora, pero ésta queda muy limitada si no va acompañada de otras medidas de índole político, normativo y organizativo. Y en ello estamos.

Es verdad que se está acercando la administración a la ciudadanía. Los portales de las administraciones suministran una cantidad ingente de información, son numerosos los formularios que pueden descargarse de Internet e, incluso, cada vez hay más procedimientos que pueden tramitarse telemáticamente. Aunque sigamos haciendo básicamente lo mismo que antes, no hay que minusvalorar el hecho de poder hacerlo desde casa. Es un primer paso muy importante. Pero que reclama, a renglón seguido, ir más allá aprovechando las oportunidades que nos brinda la tecnología para transformar realmente la administración. Y esto va a ser más difícil.

Va a ser más difícil porque toda transformación implica movimientos en las relaciones de poder y, en consecuencia, genera resistencias. Además, llegados a este punto, no es probable que los procesos que deben llevarse a cabo en el ámbito administrativo lleguen a buen puerto si no van acompañados de transformaciones paralelas en el sistema político. Y va a costar que estas se produzcan. La participación efectiva de la ciudadanía en lo público supone una cierta devolución de poder. ¿Y estarán por la labor quienes lo detentan?

Pero no provienen del sistema político las únicas resistencias. También las personas instaladas en el aparato burocrático han consolidado intereses que quieren conservar. E, incluso, la propia ciudadanía puede ser reacia a involucrarse en la gestión de asuntos públicos que ahora tiene delegados en sus representantes políticos. La participación exige dedicación de tiempo. No existe, ni se promueve, una cultura participativa. Y es imposible crearla de la noche a la mañana.

En definitiva, la administración electrónica aumenta la transparencia de la administración, facilita las gestiones administrativas de la ciudadanía y le otorga un mayor control sobre sus expedientes, pero no resuelve la asignatura pendiente de la participación, ni garantiza el funcionamiento en red de todos los agentes involucrados en "lo público", aunque comienza a utilizar herramientas y tecnologías que pueden facilitar la transición hacia modelos más avanzados.

La administración electrónica, en la práctica, limita su alcance a la introducción de tecnología para hacer lo mismo que veníamos haciendo (como Los Supersónicos de la teleserie), pero de una forma más cómoda, evitando desplazamientos y, eso sí, facilita información que puede aumentar la transparencia y el control de los asuntos públicos por parte de la ciudadanía. Pero no aborda de una manera decidida la transformación real de las relaciones entre las administraciones, la ciudadanía, las empresas, las organizaciones sin fines de lucro y los agentes sociales en general.

La administración electrónica tampoco ha modificado sustancialmente la cultura de la propiedad privada del conocimiento y del software, aunque aporta los medios que pueden facilitar el cambio cultural. Pero éste difícilmente se producirá por el solo determinismo tecnológico, sino que necesitará de una estrategia que lo promueva conscientemente. La cultura de compartir y de colaborar es un rasgo básico del oGov.

Y no sigo, porque me temo que antes se agotarán los presuntos lectores de este post que los rasgos diferenciales del oGov con respecto al modelo de la administración electrónica. Así que paso, sin solución de continuidad, al último de los paradigmas que analizo en este post.

  • El oGov frente a la gobernanza

En paralelo con el desarrollo de la administración electrónica ha surgido el potente paradigma de la gobernanza, que introduce buena parte de las bases teóricas del oGov. Pero, ¿Qué es la gobernanza? Dejemos que sea la voz autorizada de Joan Prats la que responda a esta pregunta:

"Desde mediados de los 90, especialmente en Europa, ha ido emergiendo un consenso creciente en torno a que la eficacia y la legitimidad del actuar público se fundamenta en la calidad de la interacción entre los distintos niveles de gobierno y entre éstos y las organizaciones empresariales y de la sociedad civil. Los nuevos modos de gobernar en que esto se plasma tienden a ser reconocidos como gobernanza, gobierno relacional o en redes de interacción público-privado-civil a lo largo del eje local/global. La reforma de las estructuras y procedimientos de las Administraciones Públicas pasan a ser consideradas desde la lógica de su contribución a las redes de interacción o estructuras y procesos de gobernanza".

Ya veis que la gobernanza apunta buenas maneras. Focaliza su atención en las interacciones entre los distintos agentes que intervienen en la gestión de lo público. También el oGov va por ahí. Pero, ¿qué aporta el oGov con respecto a la gobernanza? Desde mi punto de vista, el oGov tiene mucho que ver con el dospuntocerismo, con lo que emerge desde la base, con el aprovechamiento del efecto red que consigue generar, por interacción entre las partes, un resultado mayor que la suma de las partes. El oGov tiene que ver con la confianza en las personas, con tratarles como adultos y con que se comporten como tales, asumiendo un rol activo y participativo. El oGov tiene que ver con colaborar y con compartir, con la revisión del modelo de propiedad del conocimeinto. El oGov tiene que ver con el cambio de la cultura del trabajo, pasando de la ética protestante del sacrificio en el trabajo, a la ética hacker fundada en la cretividad, la libertad y la pasión en el trabajo. Y el oGov tiene que ver también con el cambio de rol de la ciudadanía, pasando del voto esporádico a la implicación activa en los asuntos de la comunidad.

Me doy cuenta de que el modelo de oGov que propongo en este post no es sino una apresurada recopilación de las ideas que venimos explicando en este blog desde hace casi tres años. Y es que, desde mi punto de vista, el Open government no significa otra cosa que las "administraciones en red" que desde el primer día elevamos a la categoría de título en este blog.

Fuente: Administraciones en Red

lunes, 21 de julio de 2008

Desarrollando proyectos de gobierno Electrónico.

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Escribe Oliver Bell, Regional Technology Officer, Microsoft Asia Pacific.

Una serie de temas críticos en los que debe ponerse atención al momento de llevar a cabo un proyecto de eGobierno que sea exitoso.
Durante la última década y más, he estado en un gran número de proyectos de eGobierno, tanto a nivel nacional, regional y de gobierno local.

En el Goverment Technology Summit de Phuket, se ha discutido en qué debe ponerse atención en un proyecto, para decidir qué tipo de entregables deben existir. He intentado reunir algunas de esas reflexiones en este artículo, algunas son cosas obvias (y me disculpo por ellas!) y algunas otras quizás no sean tan obvias.

En el mejor de los casos estos comentarios pueden ser considerados una guía, sin embargo, cada proyecto es diferente y cada administración es diferente. Por eso los entregables de cada proyecto pueden ser afectados por la pasión de los individuos involucrados, la voluntad de los ciudadanos o empresas para apoyar y mantener los nuevos servicios, entre otros factores que pueden influir.

Con demasiada frecuencia la tecnología parece ser el punto de partida en lugar del usuario. Diseñar una buena tecnología requiere ubicar el usuario en el centro o las posibilidades de fracasar son altas.

Por lo tanto, a continuación, algunas cosas que tal vez valga la pena tener en cuenta cuando se esté evaluando un proyecto:

Nunca se trata de tecnología:

He visto muchos proyectos de eGobierno que nacen como un esfuerzo de adoptar tecnología en una forma u otra, sin tener metas claras que permitan rediseñar los procesos que la tecnología está apoyando o que tenga una política clara que apoye el resultado final. Muchas veces este tipo de proyectos fracasa. La tecnología en sí misma rara vez hace algo útil si no tiene claros objetivos de negocio que seguir. Conozca la agenda política y de negocios.

Siempre se trata de liderazgo

Como muchos proyectos de reingeniería de procesos, un gran proyecto de eGobierno tiene que tener lo que hemos definido como un líder “empoderado”, y este líder tiene que ser alguien que pueda asumir el cambio en la organización que el proyecto provocará. Revisando los proyectos de eGobierno en los que estado involucrado exitósamente han sido guiados principalmente con un comprometido ministro o alcalde. El mandato político tiene que apoyar el cambio y la tecnología que será necesario implementar para hacer exitoso un proyecto. Busque el líder y escuche lo que tenga que decir.

Política y Tecnología en perfecta armonía

Quienes hacen la tecnología y las políticas rara vez están conectados. En general hablan dos lenguajes diferentes y por lo tanto, es muy fácil que sus objetivos no estén alineados en el sentido que el proyecto necesita. Por eso, todo proyecto debe incluir un espacio que asegure que gente de tecnología y quienes generan las políticas puedan hablar antes que la política sea hecha. Busque los planes de comunicación que mantengan a la gente política y de tecnología unidos de una manera productiva.

Conocer al público usuario

Conocer exactamente quiénes son los destinatarios puede ser difícil para las entidades de gobierno, ya que en general deben entregar servicios que deben estar disponibles para todos. Sin embargo, esto no hace que esto sea menos importante. Se debe ser capaz de asegurar que los resultados finales del trabajo llegan a aquellos que deben ser ayudados y que estas personas puedan acceder a los servicios con los dispositivos que ellos decidan usar. Muchos proyectos web utilizan la web como el canal principal de entrega del servicio, pero en muchos proyectos puede ser necesario considerar la utilización de un kiosko, teléfonos celulares que ya están en el bolsillo de la mayoría de las personas, servicios de televisión digital o cualquier otro dispositivo que esté disponible hoy en día. Busque una clara definición de las necesidades de sus usuarios objetivo con un análisis de cómo ellos quieren utilizar el servicio.

¿Dónde está el ciudadano-usuario?

Con demasiada frecuencia la tecnología parece ser el punto de partida en lugar del usuario. Diseñar una buena tecnología requiere ubicar el usuario en el centro o las posibilidades de fracasar son altas. Como en muchos grandes proyectos, el uso de grupos de trabajo con usuarios y otras formas de obtener información de primera mano sobre los usuarios principales, será una luz que guíe el cómo se está ejecutando el plan de trabajo. Busque una clara definición del beneficio que el usuario recibirá del proyecto una vez que esté completo. Piense cuán fácilmente su grupo objetivo encontrará el producto de su proyecto.

No es acerca de la web

Hacer eGobierno rara vez trata sólo de hacer un sitio web o de usar solamente tecnología para propósitos administrativos y operacionales. Realmente es acerca de repensar la forma en que se entrega el servicio público a los ciudadanos. Por ejemplo, ¿podría un político comenzar un programa para construir un nuevo hospital, si comprendiera que la tecnología de asistencia sanitaria generalizada significa que en un futuro cercano los pacientes serán capaces de automedicarse y controlar muchas situaciones en la comodidad de su hogar? Busque el impacto global que el proyecto desarrolado por Internet está haciendo en el desarrollo de políticas y prestación de servicios.

La tecnología en sí misma rara vez hace algo útil si no tiene claros objetivos de negocio que seguir.

Medir el éxito

Como en toda empresa, saber cuándo consideraremos que hemos alcanzado el éxito hace mucho más fácil fijar metas, objetivos y hacer planes que nos lleven a ese éxito. Me ha tocado ver muchos proyecto de eGobierno que nacen como entretenidos experimentos de tecnología sin una meta final clara en la cabeza. Una vez más, estos proyectos pocas veces consiguen ir muy lejos. Busque una clara definición de éxito, asegurése que sea facil darse cuenta cuando haya llegado a ese punto.

Asume los sistemas heredados, prepárate para el futuro

Los Datacenter de la Administración pública pueden ser denominados, en el mejor de los casos, complejos. A través de los años los procesos de negocio se han diseñado y construido en cualquiera sea el mejor (o a veces sólo el más barato) de la tecnología en su momento. Todo nuevo proyecto necesita utilizar los actuales componentes tecnológicos, entregando apoyo para servicios y dispositivos que no están aún disponibles. En los últimos años, cuando la tecnología de gobierno era diseñada de manera que fuera suficiente para una única finalidad esto habría sido un objetivo casi imposible, hoy podemos seleccionar tecnologías que están diseñadas para entregar aplicaciones a través de Internet a un gran número de personas. Para un gobierno esto ofrece una visión clara de la manera en que la tecnología y estándares serán útiles hoy en día, junto con la confianza que el seguir el mercado entregará un camino en la evolución hacia el futuro. Busque los planes que permitan adoptar la tecnología que está disponible en el mercado, a partir de ello haga un análisis de tendencias que le permita visualizar que es lo que viene a continuación.

Vas a necesitar a tu gente, tráela contigo

Muchas veces los proyectos de eGobierno involucran canales de servicio ya consolidados para entregar servicios similares a ciudadanos o empresas.Naturalmente esto es una amenaza para quienes son evaluados por su desempeño en su forma de entregar el servicio o por garantizar el funcionamiento eficiente de su propio departamento. Piense acerca de cómo es evaluado y recompensado el personal, asegurese que exista una red de respaldo de sus carreras en esta nuevo marco de trabajo que apunta a una mayor eficiencia, colaboración entre departamentos y servicios más simples para ciudadanos y empresas. Busque un marco de trabajo que apoye a la gente involucrada y que asegure su participación y compromiso con el proyecto.

Bueno, ahí está. Esto no es, como he dicho al comienzo, una lista exhaustiva. Cada proyecto es diferente por lo que lo máximo que puede obtenerse de este texto es algo de orientación útil. No creo ser una autoridad en este tema, cada proyecto en el que participo me enseña algo que debe ser agregado a la lista.

Quiero agregar que con frecuencia me siento sorprendido de ver a la compleja maquinaria de gobierno resolver problemas de proceso y tecnología a una escala inimaginable.

Si tiene más puntos que deben ser agregados a la lista, estaré encantado de oirlos.

Artículo original en inglés, publicado en http://osrin.net/2007/10/delivering-egovernment/

Fuente: capire.info

domingo, 13 de julio de 2008

La Gestion Publica se muda al Ciberespacio

Caracas, 29 junio 2008 / Ricardo se impacienta y tira la toalla: "¡Me rindo! Mañana voy a Cadivi". Fidel Antonio se ríe y exclama: "¡Qué bien! ¡Esta gente de la Opsu ( Oficina de Planificación del Sector Universitario) por fin me lo puso fácil!" –el registro de ingreso a la educación superior–. Pavel reflexiona: "Ojalá todo pueda ser así de sencillo" –el pago del Impuesto sobre la renta (Islr). Luz María comenta con incredulidad: "Hija, tengo la cita para obtener el pasaporte electrónico en la oficina de la Onidex de Los Ruices el 23 de julio".

Son algunos registros de un mismo tema: el Gobierno electrónico. Es decir, los servicios e información de un Gobierno al alcance de la mano, o mejor, de un clic. Por lo menos esa es la promesa de esta plataforma: el Gobierno en la pantalla de nuestras computadoras para –como fin último– mejorar la calidad de vida.

Además de apresurar un trámite con sólo un clic al botón izquierdo del mouse –y así reducir costos, tiempo y distancias–, el desarrollo cabal del Gobierno electrónico promete, al igual que en el resto del mundo, mayor eficiencia en la gestión pública mediante la automatización de procesos, la transparencia y la participación ciudadana en el diseño de políticas públicas.

Y en Venezuela no hay dudas: el Gobierno electrónico llegó. Pero su desarrollo se muestra incompleto. Por ejemplo, en el ámbito municipal, es decir, el más cercano al ciudadano, un vistazo a los sitios web de las cinco alcaldías que conforman la ciudad de Caracas revela diferencias: los sitios de alcaldías como Sucre y El Hatillo son meramente informativos (fase 1 del Gobierno electrónico), incluyen misión, visión y objetivos; así como historia y lugares de interés del municipio; pero no colocan información relacionada con los horarios de atención y documentos oficiales de relevancia para el público.

En los portales de Libertador, Chacao y Baruta, las cosas son distintas: los ciudadanos saben qué servicios hay disponibles, tanto en línea como fuera, y cómo acceder a ellos. Disponen de direcciones de correos electrónicos que permiten la comunicación gobernantegobernado, números telefónicos. También hay links para seguimiento de trámites y descargas de documentos oficiales (fases 2 y 3: interacción y transacción).

Por ejemplo, en Libertador el ciudadano puede realizar la consulta en línea del impuesto de vehículo y conocer los requisitos para la obtención de la licencia de industria y comercio.

Mientras, en Chacao y Baruta las cosas van un poco más allá: se puede saber el saldo en línea del impuesto de actividades económicas o descargar formularios para realizar el cambio de razón social de la empresa, por ejemplo.

Heberto Alvarado, periodista especializado en telemática, considera que iniciativas como las de tramitación de las divisas a través de la página de la Comisión Administradora de Divisas (Cadivi), la declaración y el pago de impuestos en línea del Servicio Nacional de Impuesto y Administración Tributaria (Seniat), la revisión de las cotizaciones en el sitio del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) y la tramitación de pasaportes en la web de la Oficina Nacional de Identificación y Extranjería (Onidex) son propuestas valiosas e interesantes, ya que permiten el ahorro de tiempo y costos de traslado al ciudadano. Pero el Gobierno electrónico no debe quedarse allí. Más importante aún, dice, sería la tramitación de partidas de nacimiento, pasaportes y cédulas, por ejemplo, en las alcaldías, por ser estas los primeros espacios de contacto entre el Gobierno y el ciudadano.

Los primeros pasos. El presidente del Centro Nacional de Tecnología de Información (Cnti), Carlos Figueira, órgano rector del ámbito informático gubernamental adscrito al Ministerio del Poder Popular para las Telecomunicaciones y la Informática, señala que "en el largo camino que hay que recorrer para la implementación plena del Gobierno electrónico, estamos dando los primeros pasos".

La base legal para sostener e impulsar esta iniciativa en el país ha sido levantada por el actual gobierno con la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (artículos 60, 108 y 110). De allí en adelante, nuevos instrumentos jurídicos (ver recuadro) han otorgado mayor soporte a la armazón legal para el desarrollo de esta plataforma.

Sentadas las bases iniciales, para Figueira entramos en una "etapa de aceleración" luego de la renacionalización de la Compañía Anónima de Teléfonos de Venezuela (Cantv) y el lanzamiento en septiembre del satélite Simón Bolívar, hechos que a su juicio darán impulso a la llamada política de democratización del acceso a la red de Internet, iniciada con la puesta en marcha de los infocentros y otros puntos de acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), como Internet.

Pavel Gómez, profesor del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), reconoce en el actual gobierno la intención de avanzar en el desarrollo del Gobierno electrónico, la "vocación" para la implementación de esta iniciativa, y que se ha materializado en la aprobación del amplio marco legal hoy existente. Sin embargo, opina que existe una distancia entre la formalidad legal y los hechos a los que se enfrenta el ciudadano cuando se acerca a los servicios gubernamentales en línea, a través de taquillas virtuales. "Creo que no se han explotado plenamente las bondades del Gobierno electrónico permitiendo al ciudadano la entrega de documentos que se requieren día a día".

En ese sentido, para Gómez "estamos en una etapa relativamente básica" del desarrollo del Gobierno electrónico en Venezuela, en la cual no termina de existir una masificación dentro de la administración pública del uso de la tecnología e infraestructura de Internet para mejorar el acceso y difusión de los servicios del Gobierno en beneficio de los ciudadanos.

¿Por qué? Porque siguen existiendo "muchas debilidades en cuanto a la visión del servidor público, a la concepción de la gestión pública que se debe al ciudadano y cuyo fin es facilitarle la vida".

Así las cosas, considera que el éxito del Gobierno electrónico no es asunto de recursos tecnológicos o financieros (que existen), como de concepción de la gestión pública: "Parece que la entrega de los servicios se piensa como un favor y no como un derecho de todos los ciudadanos", precisa.

Sin dejar de valorar el esfuerzo del Gobierno nacional, Alvarado va más allá: "No existe una mayor voluntad política. Hay mucha gente que sabe que el Gobierno electrónico va a acabar con mucha corruptela, con los gestores y el exceso de burocracia, y eso impide avanzar. Hay intereses creados".
ARGENTINA A LA CABEZA EN SURAMÉRICA

De acuerdo al ranking que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realiza para medir el grado de preparación de los Estados en Gobierno electrónico, Venezuela ocupa el puesto 62, en 2008, de un total de 192 países, mientras que en 2005 ostentaba el lugar 55.

El estudio, que es realizado desde el año 2002, centra su atención en tres puntos: el primero, un análisis del portal oficial de los países, junto con el de los ministerios de Educación, Salud, Trabajo, Acción Social y Economía; el segundo, la infraestructura, es decir, la cantidad de usuarios de Internet, cantidad de PC, de líneas telefónicas, celulares y banda ancha por cada 100 personas; y finalmente el capital humano, con datos como tasa de alfabetización.

En la región, Argentina consiguió en 2008 los mejores resultados (39) si bien en 2005 ocupó un mejor puesto (34). Con todo, para este año superó a Chile (40) y Brasil (45). En su informe, la ONU destaca el caso de Chile, que de ocupar el lugar 22 en 2005 cayó al puesto 40 en 2008.

De acuerdo al índice de las Naciones Unidas, Uruguay, Colombia y Perú ocupan las posiciones 48, 52 y 55 del ranking respectivamente.

Los países escandinavos ocuparon los tres primeros lugares en la encuesta de 2008: a la cabeza Suecia, seguida de Dinamarca y Noruega, desplazando a Estados Unidos al cuarto lugar.

La seguridad de la información ante todo

Garantizar el uso seguro de las TIC es la meta del Estado El trabajo apunta a la reducción de las vulnerabilidades de los sistemas

Qué, cómo, cuándo y cuánto regular para garantizar la seguridad de los datos que circulan en la red son preguntas que inquietan a más de uno de los usuarios de esta plataforma tecnológica que deben ingresar sus datos para adelantar un trámite o gozar de algún servicio en línea.

Al respecto, Pavel Gómez, profesor del Iesa, considera necesaria la aprobación de una ley que regule esta materia: "En otros países, existe una Ley de Protección de Datos", afirma.

Para Gómez, dos son los riesgos por reducir por medio de una ley: la venta de información privadayelusoquedeellapuedanhacer–inclusive– los organismos de seguridad del Estado.

Niurka Hernández, superintendente de Servicios de Certificación Electrónica (Susecerte), organismo adscrito al Ministerio para las Telecomunicaciones y la Informática, sostiene que el Estado desarrolla programas de seguridad enfocados a fortalecer la consistencia de los datos, garantizar condiciones seguras para el intercambio de información por medios electrónicos y la continuidad en los sistemas de información de la administración pública nacional.

La seguridad de la información, afirma, es vista como elemento de la seguridad y defensa integral de la nación, sobre todo después del paro petrolero de 2002.

En ese sentido, Susecerte desarrolla tres proyectos, a saber: el Centro de Respuesta ante Incidentes Telemáticos (Vencert), orientado a la prevención, detección y gestión de los incidentes producidos en los sistemas de información del Estado que comprometan la confidencialidad, integridad, disponibilidad, legalidad o confiabilidad de la información en redes o sistemas informáticos; el Centro Nacional de Informática Forense (Cenif), dirigido a la colección, análisis, preservación y presentación de las evidencias digitales que apoyen a los cuerpos de investigación judicial; y el proyecto Gestión de Riesgos Tecnológicos, dirigido a garantizar la confiabilidad e integridad de los activos de información de las infraestructuras críticas ante la posibilidad de que una amenaza se haga efectiva frente a una vulnerabilidad existente.

En un año creció acceso a la web en 37%

De acuerdo a un estudio del Iesa, para el primer trimestre de 2006 cerca de 350 instituciones públicas tenían presencia en la red.

La puerta de entrada a los sitios web del Gobierno venezolano es www.gobiernoenli nea.ve, donde 294 alcaldías tenían dominio asignado, pero solo podía accederse efectivamente a 280.

Una única página –la del Seniat, www.seniat.gov.ve– reúne todos los requisitos necesarios para ubicarse en la fase 3 o transaccional del e-gobierno, al disponer de aplicaciones para el acceso del público a los servicios en línea de la institución, la realización de pagos de impuestos en línea y descargas de formatos oficiales, entre otros trámites. Figueira (Cnti) y Gómez (Iesa) coinciden en afirmar que se trata del portal gubernamental "paradigmático" en cuanto al desarrollo del Gobierno electrónico en el país.

Según cifras preliminares de Conatel, existen cinco millones 940 mil 426 usuarios de Inter net en Venezuela para el primer trimestre de 2008, lo cual coloca la penetración del servicio en 21,5%. Esta cifra de usuarios re presenta un incremento de 37% en relación con el primer trimestre de 2007.

El total de centros de acceso a la red (incluidos cibercafés, infocentros, centros de comunicaciones Cantv, NetUno, Intercable, Digitel, Nudetel y Cbit) creció 12% en el primer trimestre de 2008, en comparación con el mismo período de 2007. Sin embargo, entre el primer trimestre de 2006 y el primero de 2005 el crecimiento fue superior: 39,3%.

Fuente: Ultimas Noticias